Agua en Chile hay, el problema es su distribución.

Si a usted le dijeran que según las definiciones que maneja la Comisión de Riego, que el Ex Presidente Sebastián Piñera Echenique,( 1949-2024) era un pequeño agricultor y tenia derecho a recibir beneficios de la Ley como cualquier otro ciudadano, usted no lo creería.

Sin embargo, es la pura y santa verdad. Esa es una de las tantas razones que tiene Leila Cárdenas Quilagayza, agrónoma de la Universidad de Chile e integrante del Taller de Estudios Realidad Agraria, TERRA, para ser tan crítica respecto a los efectos que ha tenido esta ley e los pequeños agricultores y campesinos chilenos desde su promulgación, en 1985.

La Ley N° 18.450, del Ministerio de Agricultura modificada en 2013 como Ley ha enfrentado numerosas críticas de especialistas y estudiosos a los que se suma lo declarado por la Asociación Gremial de Riego y Drenaje (Agryd), la cual considera que la ley es «poco competitiva asistencialista y ofrece criterios confusos de evaluación».

En tanto, TERRA, una organización conformada por funcionarios y profesionales de las áre agrícola, forestal, agraria y veterinaria ha expresado en reiteradas ocasiones su preocupación sobre las consecuencias del cuerpo legal en el manejo, cuidado y especialmente la distribución del recurso hídrico.Leila Cárdenas, explica que con Terra han seguido el recorrido de la ley desde su creación ya que «está inserta en un conjunto de leyes que protegían los intereses del continuismo de la dictadura de Pinochet y se ajustaban a los intereses empresariales».

Además, destaca que partir de los 90s comprobaron que muchas de las indicaciones para modificar esta ley eran engañosas y no buscaban el bien común. «Podemos probar que estas normas no son para el campesino ni el pequeño agricultor, partiendo por las definiciones, el concepto de lo que significa la ley de riego, y la ley de protección de áreas protegidas». En su opinión, hasta ahora la ley 18. 450 sólo ha beneficiado a los grandes empresarios agrícolas descartando al resto de productores.

En este sentido, explica que acercarse a la temática de agua, implica manejar los conceptos del Código de Aguas y la Ley de Riego, ambas avaladas po el concepto del cambio climático. «Se hace pensar que hay una falla, que no tenemos agua, pero la verdad es que agua hay, y lo podemos demostrar. El problema es la distribución del agua Dónde queda, dónde se canaliza y cómo se roba» dijo.

Asegura que una de las leyes que protegen ese robo es la de riego, pero valora que en e Congreso existan detractores de ella. Destaca que la resistencia a la ley partió de un grupo d funcionarios públicos y ha sumado detractores dentro y fuera del Congreso, aunque lamentó falta de especialistas en suelo y riego que ha dificultado la comprensión plena de la ley.

Además, asegura que el principal peligro que entraña esta ley es que no considera la existencia del pequeño agricultor. «Lo tienen extinguido, no se hace mención, y tampoco existe el concepto del mediano agricultor. No está contabilizado y tampoco existe un estudio del INE sobre ellos».
En este sentido, comenta que el concepto de pequeño agricultor planteado por Indap, es el que más se acerca a la realidad rural chilena. «Es una definición totalmente diferente a la de la Comisión de Riego, según la cual Sebastian Piñera es un pequeño agricultor y recibe beneficios. Ahí caben también un montón de personas que son tanto, o más ricas que él» comentó.

La profesional considera lamentable que el tema hídrico no sea considerado como parte de la discusión de la ruralidad ya que «la escasez del elemento es un tema multifactorial. No podemos hablar de soberanía alimentaria sin tocar el derecho del agua. Si no puedo regar mis cultivos no alimento a mi población» Asimismo, expresó su confianza en los resultados futuros que obtendrá el mundo rural de la gestión de Gabriel Boric. «Tengo esperanzas de que el gobierno Boric nos abra la puerta y exista una apertura sobre lo que significan los pequeños agricultores para Chile»