Por Por Osvaldo Zuñiga Pino
Las desigualdades a campo abierto, por donde se miren, desigualdades promovidas por el estado subsidiario, desigualdad habilitada con recursos públicos en función del estad subsidiario que genera oportunidades para grandes negocios y hace competir en la misma cancha a la agricultura
familiar campesina e indígena con las transnacionales, como las empresas bélicas Monsanto, Bayer y
transnacionales del agronegocio Mientras ellas crecen y engordan, las costas las pagan trabajadores y
trabajadoras. Laboran en total desamparo de parte del estado subsidiario administrado por gobiernos
Neoliberales de derecha y ultra derecha y gobiernos con una composición social demócrata a quienes les provocan terror los cambios, sociales, culturales, económicos y políticos.
Como se plantea anteriormente las desigualdades se pueden ver a campo abierto, si entramos a google y vemos desde el satélite los territorios, veremos que hay valles de un solo color, por ejemplo el valle de Copiapó que está invadido por parronales de uva de exportación, uva de mesa.
O la región del Biobío, donde las montañas están cubierta de solo dos colores pinos y eucaliptus con 632.994 has. de plantaciones de árboles exóticos, que poseen en su mayoría dos grupos económicos Matte y Angelini.
Y la nueva región de Ñuble que posee en plantaciones exóticas 281.391 has. y donde los tenedores de estas tierras son los mismo grupos económicos, los Matte CMPC y Angelini Forestal Arauco, cabe
destacar que el número total de hectáreas a nivel nacional es de 2.309.563 de plantaciones madereras,
estas son las cifras reales, donde está el origen de la enorme desigualdad en nuestro país.(Datos recogido de la información oficial del estado de Chile, boletín de ODEPA del Ministerio de
Agricultura).
La respuesta está en el trabajo temporal, desregulado, carente de derecho laboral y sin cobertura social, la informalidad tiene su origen en el subcontrato y por otra parte las trabajadoras tienen la
certeza que con el sistema de AFP no obtendrá jubilación en este perverso sistema previsional,
¿Entonces para qué cotizar? La democracia no ha tenido el coraje de reparar los daños causado por
la dictadura, al campesinado chileno ni a sus trabajadores y trabajadoras. Otro es el trabajo de migrantes acarreados por enganchadores, estos trabajadores hoy principalmente bolivianos en su mayoría están indocumentados, este acarreo cubre otra información deformada que es la
tasa de cesantía, estos trabajadores como vuelven a su país de origen no aparecen como cesantes en temporada baja.